Laura López, Business Manager, nos habla de la importancia de la calidad del dato en la industria turística.
El turismo genera una inmensa cantidad de información. Una de las fuentes de datos más importantes para una buena estrategia de Big Data en sectores como este, en el que lo más importante es la experiencia del consumidor, es sin duda la que los propios clientes generan. Necesitamos saber qué piensan, qué quieren y qué opinan.
Estos datos pueden extraerse del entorno virtual, a través de la huella digital que dejan desde que buscan ofertas de hoteles, comparan precios, compran un billete de avión, comparten impresiones en redes sociales y evalúan los servicios, y también a través del entorno físico, con el servicio de atención al cliente, la agencia de viajes de manera presencial o en la recepción del hotel.
Sin embargo, además de todas estas fuentes de datos, hay muchísima más información por internet, fuentes que genera nuestra propia empresa y experiencia, fuentes de datos de la competencia, datos públicos, información que podemos comprar a otras empresas, etc. De ahí, obtenemos un sinfín de datos estructurados, semi-estructurados y no estructurados. Lo cual, hace que el volumen de información y sus orígenes sea inmenso. Pero tenemos que saber que disponer de tantos datos no garantiza su aprovechamiento.
Hemos visto que estamos ante un sector con muchísima información disponible y muchas empresas sufren una especie de síndrome de Diógenes, enfocándose en estrategias que les permitan almacenar cada vez más y más datos, priorizando la cantidad antes que la calidad. Las organizaciones pecan de cargar mucha información y ponerla a disposición del negocio más rápido de la cuenta, porque piensan que más es mejor.
Pero, si esos datos no son buenos, ¿de qué sirven? Todo lo que se construya encima de ellos posiblemente no sea correcto. Por ello, la calidad del dato tiene que estar en el origen, porque si no, a la hora de explotarlos, va a salir todo el problema a la luz. Antes de disponibilizarlos, tenemos que priorizar que están bien, que tienen la calidad adecuada y que están alineados por parte de todos los departamentos implicados.
Los datos por si solos no tienen ningún valor: necesitan un modelo organizativo, unas directrices comunes y unas herramientas que garanticen su privacidad, integridad, un alto nivel de calidad y confianza y unos estándares mínimos de seguridad para poder convertirse en un activo estratégico con el que poder tomar decisiones correctamente.
Por ello, contar con una buena estrategia del gobierno del dato se hace indispensable en sectores como este, en el que el acceso y la cantidad de información es tan grande.
Es necesario contar con herramientas que monitoricen y garanticen toda esa parte de calidad. Ya no solo los datos propios de la empresa, sino también es necesario contar con un robustecimiento de los datos externos. Hay muchas empresas con datos externos que provocan problemas internos en la captura de la información, de clientes o de otras empresas.
Con una estrategia de Data Governance la información es homogénea y fiable, lo que hace posible que los usuarios puedan consultar fácilmente lo que necesitan y se evitan muchas cargas operativas, costes y riesgos reputacionales, como brechas de calidad, seguridad y privacidad.