La creciente regulación en torno a la protección de datos, como el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) en la Unión Europea, exige que las empresas tomen medidas proactivas para garantizar la privacidad de la información que manejan. En este contexto y, aprovechando que hoy es el Día Internacional de la Internet Segura, es necesario responder a una cuestión clave: ¿Están preparadas las organizaciones para evitar las brechas de seguridad ante las amenazas emergentes? Conscientes de que los datos son un activo valioso, la privacidad se ha convertido en una preocupación primordial para todas las empresas, independientemente de su tamaño; y, la formación en esta materia, en un pilar fundamental para combatir los riesgos.
La formación en privacidad no es solo un requisito legal, sino también una inversión estratégica que puede generar numerosos beneficios para las empresas:
Cumplimiento normativo: la formación adecuada asegura que los empleados comprendan y cumplan con las leyes y regulaciones de privacidad, evitando sanciones y multas costosas.
Protección de la reputación: las violaciones de privacidad pueden dañar gravemente la reputación de una empresa, erosionando la confianza de los clientes y socios comerciales. La formación en privacidad ayuda a prevenir incidentes de seguridad y protege la imagen de la empresa. No podemos olvidar que el daño que puede provocar un ciberataque no es solo económico, también reputacional. Un daño que, en ocasiones, resulta irreparable y puede suponer el cierre de una empresa.
Ventaja competitiva: las empresas que demuestran un compromiso sólido con la privacidad de los datos pueden diferenciarse de sus competidores y ganarse la confianza de los clientes, lo que se traduce en una ventaja competitiva.
Reducción de riesgos: otra de las razones por las que es importante es que capacita a los empleados con el conocimiento y las habilidades necesarias para identificar y prevenir riesgos de seguridad, como el phishing, el malware y las filtraciones de datos.
Cultura de privacidad: la formación continua fomenta una cultura de privacidad en toda la organización, donde los empleados son conscientes de la importancia de proteger los datos personales y se comprometen a hacerlo en su trabajo diario.
Para que la formación en privacidad sea efectiva, es importante seguir estos consejos:
Involucrar a la alta dirección: el compromiso de la alta dirección es fundamental para crear una cultura de privacidad en la empresa.
Adaptar la formación a los diferentes roles: cada empleado necesita una formación específica según su rol y responsabilidades.
Utilizar métodos de enseñanza variados: combinar presentaciones, talleres, estudios de caso y simulaciones para hacer la formación más atractiva e interactiva.
Realizar evaluaciones periódicas: evaluar la comprensión de los empleados y la eficacia de la formación.
Mantener la formación actualizada: las leyes y regulaciones de privacidad cambian constantemente, por lo que es importante actualizar la formación periódicamente.
La forma más eficaz de garantizar que que una organización promueve el uso responsable y seguro de la red es poner en práctica los siguientes pasos:
Identificar y evaluar los riesgos: el primer paso para proteger la privacidad de los datos es identificar y evaluar los riesgos potenciales. Esto incluye comprender qué tipo de datos recopila tu empresa, cómo los utiliza y dónde los almacena. Una vez que hayas identificado los riesgos, puedes tomar medidas para mitigarlos.
Desarrollar una política de privacidad: la política de privacidad es un documento que informa a los usuarios sobre cómo tu empresa recopila, utiliza y comparte sus datos personales. Debe ser clara, concisa y fácil de entender. Asegúrate de que tu política de privacidad cumpla con las leyes y regulaciones de privacidad aplicables.
Implementar medidas técnicas y organizativas: las medidas técnicas incluyen el uso de contraseñas seguras, cifrado de datos y software antivirus. Las medidas organizativas incluyen la capacitación de los empleados sobre privacidad y la implementación de políticas y procedimientos para proteger los datos.
Capacitar a los empleados: los empleados deben estar capacitados sobre la política de privacidad de tu empresa y las mejores prácticas para proteger los datos personales. Esto incluye cómo identificar y responder a las amenazas de seguridad, cómo manejar los datos personales de manera segura y cómo informar las violaciones de privacidad.
Monitorear y revisar: es importante monitorear y revisar periódicamente tus prácticas y políticas de privacidad para asegurarte de que sigan siendo efectivas. Esto incluye realizar auditorías de seguridad, revisar los registros de acceso y realizar pruebas de penetración.
En resumen, la formación en privacidad es una inversión esencial para las empresas que desean proteger sus datos, cumplir con las regulaciones y construir una reputación sólida en el mercado. Al implementar un programa de formación integral y continuo, las empresas pueden capacitar a sus empleados para que se conviertan en "guardianes" de la privacidad y contribuyan al éxito de la organización.
Según el último informe State of Privacy 2025, elaborado por ISACA, aunque el 87% de las organizaciones proporciona formación en privacidad, sólo el 68% actualiza estos contenidos de manera periódica, lo que deja brechas de seguridad ante amenazas emergentes. Un riesgo que aún es más preocupante si tenemos en cuenta que los ciberincidentes han crecido de media un 21% anual durante la última década, según el Banco Mundial.
Y, si bien el 74% de los encuestados confirma que sus estrategias de privacidad están alineadas con los objetivos organizacionales, tan solo un 59% actualiza estas formaciones anualmente, mientras que un 9% lo hace cada dos a cinco años. De lo que se extrae que aproximadamente un 32% no está recibiendo la formación necesaria para combatir las ciberamenazas en el lugar de trabajo.
En este sentido, la ciberseguridad y la privacidad ya no es solo un asunto técnico, es también un reto estratégico que implica proteger la confianza digital. Tal y como apuntan los datos de ISACA, la formación periódica es un factor determinante para dos estrategias de prevención en ciberseguridad: mitigar riesgos y fortalecer la protección de datos. De hecho, diversos estudios señalan que las organizaciones que aplican buenas prácticas en este ámbito tienden a experimentar menos incidentes cibernéticos y una mayor confianza por parte de sus clientes y socios.
Si crees que necesitas ayuda en este sentido o te gustaría saber cuáles son las buenas prácticas que llevamos a cabo en Keyrus en materia de privacidad, no dudes en contactarnos.