La Inteligencia Artificial está transformando rápidamente nuestra sociedad e impulsando avances en diversos campos como la medicina, las finanzas o la automoción, pero también está poniendo sobre la mesa desafíos importantes en materia de protección de datos. Aprovechamos que hoy se celebra el Día Internacional de la Protección de Datos, para responder a la siguiente cuestión, ¿es posible combinar el desarrollo de la IA con un adecuado tratamiento de los datos personales?
La mayoría de las aplicaciones de IA requieren grandes volúmenes de datos para aprender y tomar decisiones inteligentes. En ese sentido, los datos son necesarios no solo para que la IA alcance su máximo potencial, sino también para eliminar los sesgos. Por otro lado, no podemos olvidar dos aspectos que son particularmente importantes para la privacidad: el primero, que la Inteligencia Artificial en sí misma puede tomar decisiones automatizadas; y, el segundo, que se desarrolla aprendiendo de la experiencia e información proporcionada.
Es imperativo, por tanto, que el responsable del tratamiento de los datos se asegure de cumplir los principios establecidos en la Ley de Protección de Datos Personales:
Legalidad: el tratamiento de datos personales debe realizarse con pleno respeto de los derechos fundamentales de sus titulares. Queda totalmente prohibida la recopilación de los datos personales por medios ilícitos o fraudulentos.
Consentimiento: es necesario disponer del consentimiento o autorización de la persona titular de los datos personales.
Finalidad: en ningún caso los datos personales pueden ser tratados para una finalidad distinta a la establecida en el momento de su recopilación.
Proporcionalidad: el tratamiento que se haga de los datos debe ser apropiado a la finalidad para la que éstos hubiesen sido recopilados, usando la información que resulte meramente imprescindible.
Calidad: los datos personales que se tratan deben ser veraces, exactos y adecuados y conservarse de tal forma que se garantice su seguridad y solo por el tiempo necesario para cumplir con la finalidad del tratamiento.
Seguridad: en todo momento deben adoptarse las medidas necesarias para garantizar la seguridad y confidencialidad de los datos personales que se administran.
El rápido desarrollo y veloz despliegue de esta tecnología pone en riesgo algunos de estos principios debido a:
Recopilación y uso excesivo de datos:
La tendencia a recopilar la mayor cantidad posible de datos, a menudo sin un propósito específico o legítimo, aumenta el riesgo de violaciones de la privacidad.
Falta de transparencia:
Los algoritmos de IA pueden ser complejos y opacos, lo que dificulta comprender cómo se utilizan los datos y cómo se toman las decisiones. Esta falta de transparencia puede socavar la confianza y dificultar el ejercicio de los derechos de los interesados.
Elaboración de perfiles y toma de decisiones automatizadas:
La IA se utiliza cada vez más para crear perfiles de individuos y tomar decisiones automatizadas que pueden tener un impacto significativo en sus vidas, como la concesión de préstamos, la contratación laboral o el acceso a servicios públicos. Esto plantea preocupaciones sobre la discriminación y la equidad.
Seguridad de los datos:
El almacenamiento y procesamiento de grandes cantidades de datos personales aumenta el riesgo de ciberataques y fugas de información.
Reidentificación de datos anonimizados:
Técnicas avanzadas de IA pueden permitir la reidentificación de individuos a partir de datos que supuestamente han sido anonimizados, comprometiendo la privacidad.
Marcos Legales y Regulatorios
A nivel global y regional, se han desarrollado marcos legales para abordar los desafíos de la protección de datos en el contexto de la IA. Algunos ejemplos clave son:
Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la Unión Europea: el RGPD establece principios fundamentales como la licitud, lealtad, transparencia, minimización de datos, limitación de la finalidad, exactitud, limitación del plazo de conservación, integridad y confidencialidad. Además, introduce derechos para los interesados, como el derecho de acceso, rectificación, supresión, limitación del tratamiento, portabilidad de los datos y oposición.
Ley de Inteligencia Artificial de la UE: esta propuesta legislativa busca regular el uso de la IA en la Unión Europea, clasificando los sistemas de IA según su nivel de riesgo y estableciendo requisitos específicos para cada categoría.
Otras legislaciones nacionales e internacionales: varios países están desarrollando o han implementado leyes espec íficas sobre protección de datos e IA, como la Ley de Protección de Datos Personales de California (CCPA) en Estados Unidos.
¿Qué podemos hacer para garantizar ese equilibrio entre Protección de Datos e IA?
Éstas son algunas de las buenas prácticas que podemos llevar a cabo:
Minimización de datos: recopilar solo los datos estrictamente necesarios para la finalidad del tratamiento.
Transparencia y explicabilidad: informar claramente a los interesados sobre cómo se utilizan sus datos y cómo funcionan los sistemas de IA.
Consentimiento informado: obtener el consentimiento explícito de los interesados para el tratamiento de sus datos, cuando sea necesario.
Seguridad de los datos: implementar medidas técnicas y organizativas adecuadas para proteger los datos contra accesos no autorizados, pérdidas o destrucciones.
Evaluación de impacto en la protección de datos (EIPD): realizar una EIPD antes de implementar sistemas de IA que puedan entrañar un alto riesgo para los derechos y libertades de las personas.
Anonimización y seudonimización: utilizar técnicas de anonimización o seudonimización para reducir el riesgo de identificación de los interesados.
Supervisión humana: establecer mecanismos de supervisión humana para garantizar que los sistemas de IA se utilizan de forma ética y responsable.
En conclusión, la IA ofrece un enorme potencial para mejorar nuestras vidas, pero su desarrollo y aplicación deben ir de la mano con una sólida protección de datos. Es fundamental encontrar un equilibrio entre la innovación y la privacidad, garantizando que los beneficios de la IA se distribuyan de forma equitativa y sin comprometer los derechos fundamentales de las personas. La implementación de marcos legales sólidos y la adopción de buenas prácticas son esenciales para construir un futuro digital confiable y seguro.
Conscientes de ello, en Keyrus implementamos controles de calidad rigurosos y protocolos éticos en el desarrollo de los modelos de IA, garantizando que los sistemas operen con transparencia y seguridad; cumplimos con los más altos estándares de protección de datos y hacemos un uso responsable de la información. Solo de esta manera somos capaces de ofrecer a nuestros clientes no solo soluciones tecnológicas avanzadas, sino también la confianza de que cada proyecto se desarrolla con un enfoque ético y responsable. Si quieres ampliar más información, no dudes en contactarnos. Estaremos encantados de ayudar a tu organización.