Lorena Galisteo, Business & Utilities Manager, nos habla de la Inteligencia Artificial, las energías renovables y las redes inteligentes en el sector energético.
El sector energético ha experimentado grandes cambios en los últimos años. Desde la integración de las fuentes de generación de energía renovables, el despliegue de redes eléctricas inteligentes, hasta la aparición de los vehículos eléctricos y uso de tecnologías punteras como la inteligencia artificial.
Tanto la Inteligencia Artificial como la digitalización se han convertido en palancas fundamentales para conseguir la máxima sostenibilidad y eficiencia energética, la descarbonización y la descentralización de la energía.
IA y energías renovables
Las energías renovables son la gran apuesta de los gobiernos en la actualidad, tanto por la escasez de recursos como por los impactos climáticos de otras energías más contaminantes con el medio ambiente.
En el plan estratégico 2050, se busca lograr cero emisiones netas y fomentar la economía circular, se contemplan diferentes iniciativas como crear herramientas de control en la demanda y producción de las energías renovables, campañas de sensibilización, ayudar a gestionar la demanda a través de redes inteligentes o identificar patrones culturales en torno al mundo energético.
En 2030, de hecho, se han propuesto el acceso a todas las personas a una energía asequible, confiable y sostenible. Para ello, se pretende aplicar planes de transición energética impulsados por herramientas innovadoras en Big Data e Inteligencia Artificial de cara a reducir los costes de producción creando un ecosistema energético sostenible.
La IA permite predecir la producción de energía renovable, la demanda de electricidad, posibles fraudes en base al histórico de gasto así como aportar nuevos servicios y capacidad smart a los usuarios finales.
Redes Inteligentes
Del mismo modo, la inteligencia artificial ha impulsado la aparición de las redes inteligentes o Smart Grids. Estas redes automatizadas son capaces de realizar análisis en tiempo real, equilibrando la oferta y la demanda de energía, o bien detectando potenciales errores o fraudes a lo largo de toda la cadena de suministro.
También, los proveedores energéticos pueden gestionar de forma más eficiente las caídas del servicio, optimizar el voltaje o detectar picos de demanda, así como parametrizar el comportamiento concreto de algunos clientes o zonas.